Fauna vial

Este texto refleja una pequeña descripción de los personajes que te puedes conseguir, cuando sales a dar una vuelta en tu carrito por la selva de concreto.

EL PEATÓN
Conocido como el ciudadano de a pie, este ser está en el primer eslabón de la cadena alimenticia. Normalmente se le ve cruzando las calles de forma temerosa. Algunos torean los carros y cruzan con toda la paciencia del mundo. Hay otros más atrevidos que atraviesan avenidas enteras, estos últimos son presas fáciles para aquellos que nos imaginamos un juego de acción: 50 puntos por cada persona pisada.

EL BASTO

Es ese animalito en especial, que abre la ventana de su carro y bota una lata de cerveza, un vaso plástico o una bolsa de Doritos a la calle. Cuando hay tráfico, este se entretiene explorando su nariz o simplemente se inclina hacia el asiento del copiloto para dejar escapar un peo.

EL DESESPERADO
Este es el ser hijo de puta que pareciera tener sincronizada la corneta de su auto con la luz verde del semáforo. Puede reaccionar segundos antes del cambio de luces. Normalmente se puede encontrar detrás de ti, pero es muy difícil de identificar. Reacciona de forma agresiva si le mentas la madre. Puede llegar a seguirte y en un próximo semáforo devolverte el insulto.

EL PAPI TODO PODEROSO
Aquél animal que maneja con una sola mano, con los vidrios abajo, lleva full volumen en la radio, normalmente escucha reggaeton, lleva lentes oscuros y de ñapa no respeta las señales de tránsito. ¿Te suena familiar?

El AGUEVONIAO
Por mucho que toques corneta, bajes la ventana, grites o insultes a toda su familia, este ser seguirá en su mundo mientras las luces de los semáforos cambian sin parar. Es el pajuo que normalmente habla por celular o revisa algunos papeles en su auto.

EL DE LAS BOLAS CUADRADAS

En esta categoría entran los taxistas, los motorizados, los chóferes de perreras y autobuses. Ellos son sin dudas los máximos depredadores en la selva de concreto.
Se meten entre canales, se paran donde les da la puta gana, se comen la luz, adelantan en una curva.

Y por última pero no menos peligrosa, está otra bestia que crea pánico en todas las calles, autopistas y avenidas venezolanas: LA MUJER