Bienvenido 2008

Me acaba de llegar por correo un e-mail que parece ser un cuento. No sé de pana de qué se trata, pero mientras lo voy leyendo iré escribiendo en color rojo algunos comentarios.
Pienso que una historia que nos lleve a reflexionar, es la mejor forma de darle la bienvenida a este nuevo año.
Por cierto, probablemente este texto contenga errores ortográficos y de redacción que no son mios.

Comencemos:

Una pareja de recién casados, era muy pobre y vivía de los favores de un pueblito del interior. (Nada de favores. ¡Qué se jodan los que están por debajo de uno!)

Un día el marido le hizo la siguiente propuesta a su esposa: "Querida yo voy a salir de la casa, voy a viajar bien lejos, buscar un empleo y trabajar hasta tener condiciones para regresar y darte una vida más cómoda y digna. No sé cuanto tiempo voy a estar lejos, sólo te pido una cosa, que me esperes y mientras yo esté lejos, seas fiel a mí, pues yo te seré fiel a ti". (Si claro, cualquiera le dice a su esposa, ¡MIRA ME VOY PAL COÑO Y NO SÉ CUANDO REGRESO!)

Así, siendo joven aún, caminó muchos días a pie, (¡NO ME DIGAS CAMINÓ A PIE!) hasta encontrar un hacendado que estaba necesitando de alguien para ayudarlo en su hacienda. El joven llegó y se ofreció para trabajar y fue aceptado. Pidió hacer un trato con su jefe, el cual fue aceptado también. El pacto fue el siguiente: "Déjeme trabajar por el tiempo que yo quiera y cuando yo encuentre que debo irme, el señor me libera de mis obligaciones. Yo no quiero recibir mi salario. Le pido al señor que lo coloque en una cuenta de ahorro hasta el día en que me vaya. El día que yo salga usted me dará el dinero que yo haya ganado". (El pobre hombre es un poco huevón)

Estando ambos de acuerdo, aquel joven trabajó durante 20 años, sin vacaciones y sin descanso. Después de veinte años se acercó a su patrón y le dijo: "patrón, ya quiero mi dinero, pues quiero regresar a mi casa". (Yo siendo el patrón le digo: ¡Te jodiste!)
El patrón le respondió: "Muy bien, hicimos un pacto y voy a cumplirlo, sólo que antes quiero hacerte una propuesta, ¿Está bien?, Yo te doy tu dinero y tú te vas, o te doy tres consejos y no te doy el dinero y te vas. Si yo te doy el dinero, no te doy los consejos y viceversa. Vete a tu cuarto, piénsalo y después me das la respuesta". (¡NAGUEVONADA! Rolo de estafador, coño e´madre, págale los reales al pobre desgraciao, ¿Lo vas a matar con tres consejos?)

Él pensó durante dos días, buscó al patrón y le dijo: "QUIERO LOS TRES CONSEJOS" (Con esa respuesta queda confirmado, el carajo es rolo e´ huevón)
El patrón le recordó: "Si te doy los consejos, no te doy el dinero." Y el empleado respondió: "Quiero los consejos". El patrón entonces le aconsejó:

1. "NUNCA TOMES ATAJOS EN TU VIDA. Caminos más cortos y desconocidos te pueden costar la vida". (Pero uno llega más rápido)

2. "NUNCA SEAS CURIOSO DE AQUELLO QUE REPRESENTE EL MAL, pues la curiosidad por el mal puede ser fatal". (¡Qué miedo!)

3. "NUNCA TOMES DECISIONES EN MOMENTOS DE ODIO Y DOLOR, pues puedes arrepentirte demasiado tarde". (Estafaron a este carajo, bien hecho por ser huevón)

Después de darle los consejos, el patrón le dijo al joven, que ya no era tan joven, así: "AQUÍ TIENES TRES PANES, dos para comer durante el viaje y el tercero es para comer con tu esposa cuando llegues a tu casa". El hombre entonces, siguió su camino de vuelta, de veinte años lejos de su casa y de su esposa que él tanto amaba. (¿Sólo tres panes?, ¡Viejo miserable, coño e´madre?)

Después del primer día de viaje, encontró una persona que lo saludó y le preguntó: "¿Para dónde vas?". Él le respondió: "Voy para un camino muy distante que queda a más de veinte días de caminata por esta carretera". La persona le dijo entonces: "Joven, este camino es muy largo, yo conozco un atajo con el cual llegarás en pocos días". El joven contento, comenzó a caminar por el atajo, cuando se acordó del primer consejo, entonces volvió a seguir por el camino normal. (Pa mí que pensó, ¡Pinga y si me cojen!)

Días después supo que el atajo llevaba a una emboscada. Después de algunos días de viaje, y cansado al extremo, encontró una pensión a la vera de la carretera, donde poder hospedarse.

¡Qué historia tan ladilla! no la quiero seguir leyendo, iré a ver los Simpsons.

Si quieres saber como acaba escribe un correo a: siemprejodo@gmail.com.