Reacciones estúpidas ante el miedo

Qué malo es tener miedo, ¿Verdad?...
Los seres humanos aún no estamos preparados para actuar en momentos de pánico, es más no nos sabemos comportar con dignidad. Sólo hay que ver la cantidad de estupideces que hacemos cuando nos espantamos.

Primer ejemplo:

Ayer estaba sólo en mi casa, acostado en mi cama, de pronto escuché un ruido y…
¿Qué fue lo primero que hice?...
¡Pues me tapé con la sábana!…
Luego me dije a mi mismo: “No seas pendejo muchacho, la sábana no es un chaleco antibalas y tampoco tiene un campo magnético para protegerte, si algo malo pasara”…

Segundo ejemplo:

Hace días me monté en un taxi, todo iba bien, hasta que el muy coño e´madre del chofer empezó a correr como si se estuviese cagando, como si fuese Shumacher…
¿Qué hice?...
¡Agarré la asita que está encima de la puerta!…
Otra vez me dije a mi mismo: “¡No seas guevón mijo, suelta esa mierda y ponte el cinturón!”...
Claro seguro por mi mente pasó el hecho de que si el carro se volvía mierda, yo iba a estar seguro porque estaba agarrado de dicha asita.

Tercer ejemplo:

Recuerdo que cuando era niño y me iban a poner una inyección, apretaba las nalgas tan duro que la aguja rebotaba. Obvio siempre me aconsejaban todo lo contrario, pero no, yo apretaba más y más fuerte por miedo a la inyectadora… ¿No es eso algo estúpido?...

Cuarto ejemplo:

Otro día, hace como dos semanas, se fue la luz por mi casa. Tiempo después escuché un ruido afuera y salí al patio preguntando… ¿Hay alguien ahí?...
Cinco minutos más tarde pensé: “De haber alguien, ¿Quién coño te va a responder?”... ¿Se imaginan?... ¡Sí pana tranquilo soy un malandro, todo bien!…

Por cierto yo no soy el único que reacciona así. Estoy seguro que muchas personas se sentirán identificadas con todos estos casos. Pero aún hay más ejemplos, sin embargo ahora yo no seré el protagonista...

Quinto ejemplo:

Hace días una amiga me cuenta que iba caminando por la calle y vió a un señor medio sospechoso que la seguía.
¿Cuál fue su reacción?...
¡Se cambió de acera!
Claro estoy seguro que si de verdad hubiese sido un malandro, con cambiarse de acera iba a quedar completamente protegida y a salvo. ¡Sí como no!...
¿Se imaginan nuevamente otra escena, esta vez lo que pensaría el choro?...
“¡Verga otra más que se cambia de acera, qué mal día tengo!”

Sexto ejemplo:

En otra ocasión iba en un ascensor con una amiga y de repente escuchamos un ruido extraño… ¡Brramb!...
¡De pana pensé que esa mierda se iba a soltar!
¿Pero cuál fue la reacción de mi amiga?
¡Se agarró de mí!...
Claro seguramente pensó que yo era inmortal y una caída de 15 pisos no me haría ningún tipo de daño.

Si estos seis ejemplos no son referencia de la estupidez humana, cada vez que sentimos miedo, entonces amigo/a usted perdió su tiempo leyendo esta entrada.